¿Fue la Biblia inspirada por Dios?
Al contrario de la mitología que no se basa en acontecimientos históricos, la teología tradicional afirma de la fe Judía: el Dios que se revela en la Biblia es el Dios que interviene en la historia 1 .
Dios se revela poco a poco, paso a paso, no a través de un libro, sino a lo largo de la vida de un pueblo: Israel.
- Dios se revela a través de los éxitos y fracasos de Israel.
- Dios se revela a través de los pecados y virtudes de Israel.
- Dios se revela a través de las alegrías y penas de Israel.
Es decir, Dios revela su amor, su perdón, su interés por el hombre, su afán de justicia, sus deseos y planes con respecto a la humanidad a través del pueblo de Israel.
Los israelitas no se preocupan tanto por escribir lo ocurrido, sino de recordar “las maravillas que Dios hizo en medio de su pueblo”.La fe judía nace y se desarrolla en contacto directo con los acontecimientos de este mundo.
Para entender el concepto de inspiración de Dios en las Escrituras, no lo podemos entender desde el concepto católico ni cristiano, sino judío. La Biblia no es una revelación caída del cielo y acogida “neutralmente” por los escritores sagrados.
¡Sí, Dios inspira!
Pero también los escritores sagrados de las Escrituras plasmaron en sus relatos:
- Su forma de hablar y de pensar.
- Su manera de expresarse.
- Su comprensión de Dios y de la historia.
- Su idiosincrasia y forma de ser.
- Sus condicionamientos culturales, sociales e históricos.
Esto no quiere decir que los relatos bíblicos pierdan valor porque tienen rasgos humanos, todo lo contrario, los engrandece.
La inspiración bíblica no es como la idea de un médium que, en una sesión de espiritismo los
escritores entraron en trance con los ojos perdidos en el horizonte y escribieron sin estar
conscientes de lo que escribían.
Para entender la naturaleza bíblica, hay que evitar dos extremos:
- Afirmar que todo lo que la Biblia dice es verdadero y corresponde tal cual en su mínimo
detalle a lo que pasó de verdad.
- La posición nihilista o revisionista que niega todo vínculo entre los relatos bíblicos y la
historia.
Es necesario, que nos preguntemos cuál es la relación concreta entre la «historia narrada por la Biblia» y la «historia real»
La Biblia, a pesar de ser un libro histórico, no es un manual de historia, sino que contiene más bien «historias» es decir, experiencias de las que se ha acordado Israel y que ha transformado en relatos. La cuestión de fondo es ¿Qué tipo de historia? Como diría Gabriel García Marquez: «La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo recuerda para contarla» (Vivir para comprarla, motto introductorio).
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1 Arqueología Bíblica, Pedro Cabello Morales, Pág. 46
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