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“El que razona sobre algo encontrará bien, y el que confía en el Eterno será feliz.” Mishlé (Proverbios) 16:20 Tanaj Ketubim


La Razón y la Felicidad se encontraron un día por los bosques encantados de la Mente. La Mente cantautora saltaba como loca de rama en rama para que nadie la reconociera; se escondía en los olores del bosque de la grama recién mojada, para que el viento no la denunciara.


- La Razón le preguntó a la Felicidad, ¿Qué te hace feliz?


- La Felicidad miró con un pequeño recorrido la grama recién mojada que parecía estar expectante a la respuesta de esta feliz dama... y con firme certeza respondió a la impaciente Razón: ¡Mi felicidad es vivir en medio de las criaturas que hablan!


- ¿Y por qué? Replicó la Razón.


- Déjame contarte, dijo acercándose al oído de la Razón y mirando a todos lados para cerciorarse que nadie la escuchaba y le dijo: Aunque algunas de esas criaturas hablantes no lo saben, al Labrador de muchas vidas le gusta escaparse de Su trono en complicidad con Sus ángeles y descender a la tierra para morar en medio de ellos.


“Y colocaré Mi morada en medio de vosotros y no se enfadará Mi alma de vosotros, y seré vuestro Di-s, y vosotros seréis Mi pueblo.” Vayikra (Levítico) 26:11-12


- La Felicidad continuó diciendo: Y así yo me lleno con sus cantos de alegría que visten mi desnudez, con los alegres encajes de los verbos que el Libro de los Tiempos cuenta a los hombres, y estos se impregnan de las aventuras de sus ancestros, de sus propias aventuras y de las aventuras de los que han de nacer.


- ¡Ummm! exclamó la circunspecta Razón con sonido onomatopéyico de admiración controlada.


- ¿Y tú qué? Preguntó la feliz dama antañona a la Razón.


- Bueno, bueno contestó meditabunda la pensante dama de los “por qué”. La verdad es que debo razonar con estas extrañas criaturas que hacen sonidos con letras cuando hablan, porque mi morada está en los tinglados y complicados pensamientos de sus mentes. A veces me siento discriminada porque ellos, casi siempre, “actúan” primero y “razonan” después. Es decir, mis servicios de “raciocinio” no son tomados en cuenta, y luego regresan a mí frustrados porque el error predominó en sus quehaceres, por no “pensar y razonar” primero y hablar después. Todo un cúmulo de enredos vivenciales experimentan por no aplicar esta simple, pero efectiva fórmula de vida: ¡Pensar primero y hablar después!

- ¡Ahhhh! Dijo la Felicidad, ahora entiendo porque no nos habíamos conocido antes y porque no habíamos sido amigas. Si ellos no te toman en cuenta a tí para discernir, pensar y razonar, entonces yo, la Felicidad, estaré ausente en sus vidas. Porque el razonar es bueno y trae paz, ellos serán embriagados por el néctar de la felicidad y la alegría y así todos seremos uno para llenar el vacío existencial junto al Hacedor de los mundos y la vida... Y.V.I.


La Felicidad y la Razón nos enseñan algo sumamente importante y es que nosotros los seres humanos siempre vamos a ser los “iniciadores” de nuestras acciones y no Di-s. Tal vez has escuchado cosas como esta: “Es que Di-s no me cambia”; “Di-s me dijo que iba a ser millonario” y no deja de mecerse en la hamaca o el chinchorro y espera inútilmente que el destino de su vida venga por ósmosis, y no por el esfuerzo y persistencia continua para alcanzar sus metas.

Cuando nuestro padre Abraham salió de su parentela fue porque Di-s se lo ordenó, mas Hashem no lo bendigo grandemente hasta que él tomó la “acción” correspondiente de salir de su tierra para ir a una desconocida, pero confiando que el Eterno iba con él. Cuando Moshe Rabenu iba a recibir la Santa Torá tuvo que hacer una “acción correspondiente”; subir al Monte Sinaí y esperar los cuarenta días y cuarenta noches para que le fueran entregadas las Santas Escrituras. Y así sucesivamente todos los profetas, los hombres y mujeres de Di-s que dieron un “paso al frente”, y después de ese primer paso es cuando entra en escena la gran obra de Di-s en sus vidas... ¡En tu vida, en nuestras vidas!


¡Atrévete a confiar en el Eterno para que te vaya bien! La felicidad es tener la certeza que Aquél que un día te creó, siempre está y estará contigo, porque así Él te lo prometió...



Por Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.



 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.





“Un panal de miel son las palabras agradables, dulce para el alma y curación para los huesos.” Mishlé (Proverbios) 16:24 Tanaj-Ketubim


Este maravilloso y exquisito proverbio nos deja ver por la rendija de la vida la simbiosis de dos mundos: el alma y el cuerpo. Estos suelen presentarse ante el ojo humano como “antagónicos”, pero en realidad ambos son el uno para el otro, análogos e inseparables como los diseñó el Adón de este mundo y de todos los mundos. Es como el aire que respiras, sólo es separado del cuerpo cuando es llamado para retornar y entregar la vida a la otra vida.


Antes de hablar de lo que es la consecuencia o el resultado del buen hablar, del buen hablante que va sembrando con sus palabras agradables semillas de alegría para todo aquel que un día tomó la decisión de ser feliz, sin sopesarlo con los eventos circunstanciales, ambivalentes que pudieran quebrar y marchitar su vida. Por lo tanto, antes de hablar de alegría y sus consecuencias generativas, es casi inevitable hablar de su opuesto que es la tristeza.


Dice la ciencia, que la tristeza es una de las emociones que más influencia tiene en nuestro metabolismo, con implicaciones de dolor, pena y aflicción que afectan nuestra mente. Los pensamientos tristes hacen que nuestro cerebro gaste más glucosa y oxigeno, por consiguiente esto afecta el apetito y produce en el cuerpo desgano y cansancio. Todo este cuadro emocional hace que desarrollemos distintos trastornos. Inclusive las kelipot (espíritus inmundos) comienzan a operar en la vida de una persona presa de los embates devastadores de la tristeza. La serotonina de nuestro cuerpo baja considerablemente hasta llegar a padecer enfermedades tales como: depresión, actitudes violentas y hasta tentativas de suicidio.


La tristeza es tan demoledora que no respeta rango, títulos o raza, de hecho ni los mismos tzadikim (justos) están exceptos de esta ola de oscuridad. Lo vemos con Yaacob cuando supo de la muerte de su hijo amado, el hijo de su vejez, Yosef. Entró en un cuadro depresivo por aproximadamente veintidós años, al punto que siendo un profeta de tan alto rango, nunca más pudo escuchar la voz de Hashem hasta que apareció Yosef. Podemos entender que Hashem se retira de una persona triste, ya que finalmente un espíritu de tristeza se apodera de la persona que insiste en seguir dentro de este pozo de oscuridad que ella misma elige para apartarse del Eterno. Veamos que registra la Torá de este evento:


“Yaacob rasgó sus vestiduras, se vistió de luto e hizo duelo mucho tiempo por su hijo. Todos sus hijos y todas sus hijas se levantaron para consolarlo, pero él se negó a consolarse. Dijo: Descenderé a la sepultura enlutado por mi hijo.” Bereshit (Génesis) 37:34


Sigamos con la ciencia para ver que nos dice con respecto a la importancia de la alegría. Esta tiene un gran impacto en nuestro organismo. A nivel emocional, podemos sentir alegría en diferentes formas: alegría eufórica, con llanto, con una gran satisfacción y muchos otros. Los científicos descubrieron que sentimos alegría en nuestros neurotransmisores, estas son pequeñas células químicas llamadas “mensajeras” que transmiten señales entre las neuronas y otras células del cuerpo. Estos neurotransmisores son responsables de los procesos y sentimientos en casi todos los aspectos del cuerpo, desde el flujo sanguíneo hasta la digestión. Cada emoción que sientes afecta tu cerebro. Cuando estás alegre el cerebro recibe la señal para liberar estos químicos en el sistema nervioso central, lo que causa reacciones en otros sistemas del organismo, por ejemplo, en el sistema circulatorio. La liberación de dopamina y serotonina son dos tipos de neurotransmisores en el cerebro, ambas sustancias químicas están fuertemente asociadas a la felicidad. También se activa el lóbulo frontal conocido como “el panel de control” del cerebro, que monitorea nuestro estado emocional, mientras que el tálamo participa en cómo se ejecutan las respuestas emocionales. El beneficio de estar alegre crea un estilo de vida más saludable; mejora el sistema inmune, combate el estrés, el dolor y aumenta la longevidad.


“Más todos aquellos que depositan su confianza en tí han de alegrarse, han de cantar jubilosamente por siempre; tú has de cobijarlos, y aquellos que aman tu Nombre se regocijarán en Tí.” Tehilim (Salmos) 5:12

Bueno es estar alegre y gozoso. Todos aquellos que son portadores de buenas nuevas, aquellos que llevan su alforja cargada de palabras agradables son como la Torá…más dulce que la miel. El Eterno anda en busca de gladiadores que están dispuestos a pelear “la buena batalla de la fe”. Recuerda que en toda batalla que libras cada día en tu vida, Hashem va delante de tí, porque Él es el que pelea por tí…


Regocijaos y danzad de gozo, porque he aquí vuestra recompensa será grande en el cielo, …” Hilel (Lucas) 7:23 Asofer Hamaljutí (Código Real)



Por Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.



 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.




“La sabiduría en la calle pregonará, en las avenidas alzará su voz.” Mishlé (Proverbios) 1:20

Pregonero de la mañana, tú que anuncias por las estrechas calles hechas de piedra de ojo, quienes observan tus incansables pasos que deambulan por los recovecos de una historia que parece no tener fin. Pregonero que lleva consigo de aquí para allá, de acá y por todas por todas partes, una cesta tejida con pencas de palabras que juguetean con el viento cargado de los más exquisitos, frescos y jugosos pensamientos que alimentan el buen gusto del exquisito paladar de la mente que no se cansa y a veces descansa.

- ¡A ver, A ver, vendo barras de sabiduría! ¡Pensamientos nuevos y frescos! ¡Palabras dulces como la miel! ¡Vendo las cuatro letras que extrapolan el Magno Poder y te dan nuevas fuerzas! ¡Vendo ideas creativas para la mente! ¡Vendo dones y talentos rellenos de Sabiduría! ¡Vendo las noticias de ayer, las de hoy y las de mañana empanizadas con la masa de la Eternidad!

- De repente, desde una esquina de la cuadra se escuchó una voz: ¡Pregonero, Pregonero! Era el “Cuenta Cuentos” de la comarca. Se acercó y le preguntó al vendedor: ¿Tienes voz cantante?

- ¡Por supuesto que sí! respondió el alegre y elocuente Pregonero. ¿De qué dimensión la quieres?

- ¡Que llegue al último cielo!, respondió el “cuenta cuentos”.

- ¡Ahhhhhh, tú lo que necesitas es la voz de alabanza! Ella sube con alegría como incienso puro y olor grato a los sutiles lugares eternales, donde mora el Trono de Gloria del Omnipotente y Omnipresente Rey de reyes.

- ¡Eso mismo es! Contestó el alegre comprador.

Luego se despidió el “Cuenta Cuentos” del Pregonero y se marchó mientras acariciaba y conversaba con la cálida voz de alabanza que le narraba las aventuras vivenciales de la Gloria del Eterno. Y.V.I.

Nuestra Santa Torá aún peregrina por toda la redondez del globo terráqueo, ella va cargada con un morral de Sabiduría para repartirla a los cuatro tiempos existenciales; tiempos que seguirán siendo testigos de la grandeza de Aquel que es Poderoso ayer, hoy y siempre.

Como el peregrino, nuestra Santa Torá clama a través de sus cinco libros, los Profetas y el Asofer Hamaljutí; por todos aquellos valientes que se atreven a beber y embriagarse de las aguas de sabiduría que el Eterno tiene para tí. No te intimides ni tengas miedo, así nos dice nuestro Padre celestial en varios pasajes de Su Palabra. Nuestro Santo Ribi, Su Majestad Yehoshúa Hamashiaj, te recuerda esta palabra:

“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que tiene emunáh en mí, como prometió la Escritura, de su interior brotaran ríos de agua viva.” Yohanán (Juan) 7:37

La Sabiduría acompañó al Eterno en Su rol de creación, ella siempre está con Él, como también está y estará contigo; si la pides a Él, la recibirás…

“Verdad compra y no la vendas. Compra sabiduría, disciplina y entendimiento.” Mishlé (Proverbios) 23:23

“¡Cuán multiformes son tus obras, Adonay! Tú las has hecho a todas ellas con sabiduría; la Tierra está llena de tus posesiones.” Tehilim (Salmos) 104:24

Por Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.


 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.




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