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Actualizado: 1 dic 2020

Parashá Vayetzé #7 11/28/2020

1: Bereshit 28:10-22

2: Bereshit 29:1-17

3: Bereshit 29:18-30:13

4: Bereshit 30:14-27

5: Bereshit 30:28-31:16

6: Bereshit 31:17-42

7: Bereshit 31:43-32:3

Maftir: Bereshit 32:1-3

Haftará: Hoshea 11:7 - 12:12

CR: Meir 10:32-11:33


“Vayetzé Yaacob mibeér shába vayélej Jharaná…” “Y salió Yaacob de Ver-Sheva, y fue a Jarán. Y se encontró en un lugar, y pasó la noche allí, porque se había puesto el sol. Y tomó de las piedras del lugar y se las puso por cabecera, y se acostó en el lugar. Y soñó; y he aquí una escalera que estaba apoyada en la tierra, y su extremo superior llegaba al cielo; y he aquí que los ángeles de Di-s subían y bajaban por ella; y he aquí que el Eterno estaba a su lado, y dijo: Yo soy el Eterno, Di-s de Abraham, tu padre, y Di-s de Yitzjak; la tierra sobre la cual estás acostado, te daré a tí y a tu descendencia.” Bereshit (Génesis) 28:10-13


La ubicación geográfica de Ber-Sheva se encuentra al sur de Israel, de donde salió Yaacob en secreto rumbo a Jarán para escapar de su hermano Esaú, ya que este último ordenó a su hijo Elifaz (sobrino de Yaacob) a perseguirlo y matarlo por haber robado su bendición. Jarán representa el bajo mundo en contraposición con la alta espiritualidad de Israel. Jarán es una antigua ciudad ubicada en Mesopotamia asiática, en el norte de Siria, muy próxima a la frontera con Turquía. Yaacob vivió en Jarán veinte años, pero antes estuvo catorce años en la Casa de Estudios de Shem y Ever preparándose espiritualmente para un eminente destierro, por las razones antes expuestas y por toda una vida de dificultades que esperaban por él.


El lugar a que alude este pasuk se trata del Monte Moriá, el lugar más sagrado del planeta Tierra, el sitio donde sería construido el Bet-Hamikdash o el Gran Templo de Jerusalén, el lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Yitzjak por mandato divino. La Shejina mora en este lugar, en Har Hamoría (Monte Moría) para siempre; es decir, la Shejina permanece en este lugar sagrado hasta el día de hoy. Dice el Midrash que cuando uno reza en ese lugar es como si rezara ante el Kise Hakavod (el Trono Celestial) mismo. Este lugar es la puerta del cielo abierta para que ingresen todas las tefilot (oraciones) al Trono Celestial.


Yaacob experimentó, durante su recorrido para llegar a Jarán, cinco poderosos milagros que marcarían un hito en la historia de la humanidad, donde hubo un antes y un después. De su ADN vendrían doce hijos, las doce tribus de Israel que se esparcirían por todos los continentes del globo con la misión de ser espejos para toda la humanidad.

El primer milagro fue cuando llegó al Monte Moría; el sol declinó su luz en el ocaso antes de tiempo, para así obligar a Yaacob a quedarse en Har Moría y pasar la noche en este lugar tan santo. Y de esta manera Hashem le mostraría el sueño de las escaleras al cielo…


El segundo milagro; las doce piedras se unieron y se conjugaron en una “sola”. Ellas, antes de unirse, pugnaban por gozar del privilegio de servir de apoyo para la cabeza del virtuoso Yaacob. Finalmente decidieron unirse y formar una sola roca y de esta manera compartir el tan grande honor de ser el mineral donde este hombre del Eterno apoyaría su cabeza. ¿Y por qué para las piedras eran tan importante que Yaacob apoyara su cabeza en ellas? Porque ellas sabían que los pensamientos del Eterno descansaban en la mente y el cerebro de Yaacob. Este pasaje me recuerda un sabio pensamiento de un tzadik de este siglo XXI, nuestro Rab; el Dr. Dan Ben Avraham, cuando escribió este pensamiento en uno de sus tantos libros que han sido como ladrillos que edifican las torres que serán atalayas para poder vislumbrar y rescatar las ovejas perdidas de la Casa de Israel. Este es su pensamiento: “Juntos podemos hacer, lo que separados no podemos”.


En el tercer milagro, el tiempo se comprimió, el presente le dio paso a la Eternidad, fenómeno extrasensorial que no se rige por los tres tiempos terrenales donde navegamos los seres humanos: Presente, Pasado y Futuro. Yaacob caminó en los umbrales dimensionales fuera de esta tercera dimensión…Y el milagro fue que Yaacob llegó a Jarán el mismo día que partió.


El cuarto milagro sucedió cuando llegó a Jarán; fuerzas extraterrenales invadieron su cuerpo. Pudo rodar él solo la gran piedra que cubría el pozo sin ayuda de nadie. Cuando los pastores tenían que hacerlo lo hacían entre varios, de lo contrario era imposible rodar el inmenso peñasco.


Y el quinto y último milagro es que las aguas del manantial surgieron intempestivamente e irrigaron los campos de Jarán que estaban secos.


La escalera es el símbolo de la unión del hombre con Hashem, ella nos narra historias; pueblos; reinados; imperios. Yaacob en su sueño vio subir y descender ángeles. El ángel de Babilonia ascendió setenta peldaños y luego descendió. El ángel de Media subió cincuenta y dos; el de Grecia subió ciento treinta. El ángel de Edóm-Esav continúo subiendo en forma indefinida, lo cual simboliza el exilio actual que parece no tener fin. Con esto Yaacob se atemorizó hasta que Di-s lo tranquilizó y le dijo: “Aún si el ángel asciende tan alto como las estrellas, Yo mismo lo bajaré cuando llegue el momento.”


Hashem le mostró a Yaacob los cuatro reinos que se alzarían para dominar a Israel. Yaacob vio que cada ángel ascendía la cantidad de peldaños correspondientes a los años que esa nación tendría dominio sobre Eretz Israel, y luego descendía cuando su reinado llegaba a su fin. La escalera es un portal celestial que se abrió ese día en el Monte Moriá y se volvió a abrir nuevamente en el Monte Sinaí cuando la Santa Torá descendió y se posó en la Tierra como el tesoro más preciado dado como legado a los habitantes de este hermoso planeta azul.


Curiosamente las palabras Sinaí סיני y escalera סלם (sulám) tienen el mismo valor numérico, 130.Y si aplicamos la gematría comprimida el resultado sería 4. Cuatro representa a la tierra en sus 4 puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste; las 4 estaciones: Primavera, Verano, Otoño e Invierno; los 4 elementales: Aire, Agua, Tierra y Fuego y los 4 reinos que conforman este planeta: reino animal, reino vegetal, reino mineral y el reino de los embajadores del Reino de los Cielos aquí en la tierra: El hombre.


Hoy día ese mismo portal celestial, como lo dice nuestra Santa Torá, también es para tí...tal vez te preguntas: Y la llave de ese portal celestial, ¿Dónde está? Está en tu garganta, en tu boca, en tu lengua...la llave es: ¡Tu oración! Esta no sólo es la llave que abre ese portal, sino que es la fuerza poderosa que te hace subir y bajar por esa escalera y acercarte a Di-s.


“Y a te daré las llaves del Reino de los Cielos...” Mattityahu (Mateo) 16:19 Asofer Hamaljutí (Código Real)


“La tierra sobre la cual estás acostado, te la daré a tí y a tu descendencia...” Bereshit (Génesis) 28:13


En otras palabras tu puedes y tienes la capacidad de orar y mover los cielos desde la tierra; así está escrito: “¡Venga tu Reino!” Hilel (Lucas) 11:2 Asofer Hamaljutí (Código Real)



Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.




 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.





Parashá Toledót #6 11/15/2020

1: Bereshit 25:19-26:5

2: Bereshit 26:6-12

3: Bereshit 26:13-22

4: Bereshit 26:23-29

5: Bereshit 26:30-27:27

6: Bereshit 27:28-28:4

7: Bereshit 28:5-9

Maftir: Bereshit 28:7-9

Haftará: Malaquías 1:1-2:7

CR: Meir 9:14-10:31


“Veéle Toledót Yitzjak Ben Abraham Abraham holid et Yitzjak.” “Y estas son las generaciones de Isaac, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac.” Bereshit (Génesis) 25:19


El significado de esta parashá Toledót es generaciones o descendencias. Esta palabra Toledót lleva en sí misma las tres generaciones de nuestros patriarcas Abraham, Yitzjak y Yaacob. Cuando chequeamos sus códigos gemátricos,


תולדת = 400 + 4 + 30 + 6 + 400 = 840 = 12 = 3


Descubrimos que dentro de esta palabra están implícitas las doce tribus del pueblo Israel y si comprimimos el resultado obtendremos el número 3 que anuncia a los tres patriarcas: Abraham, Yitzjak y Yaacob. En el judaísmo también encontramos que el número 3 simboliza la totalidad.


Toledót es una palabra preñada de historias contadas y por contar, y a la vez parece anunciar como testigo perpetuo, el Pacto Eterno que Dios hizo con los hombres. Cuentan nuestros sabios que cada uno de estos patriarcas tenía una Yeshiva donde enseñaban la existencia del Eterno y el cómo entrenarse para hacer Su voluntad: Abraham tenía cientos y miles de alumnos en su academia. Por otro lado Yitzjak tan sólo tenía un alumno en la Yeshiva. ¿Por qué? Porque la gran tarea de Yitzjak era establecer la división entre el bien y el mal. Estas dos fuerzas antagónicas estaban representadas en los hijos por nacer: Yaacob y Esaú, por tanto, ambas fuerzas no podían coexistir porque en esta división estaba escondido el incipiente pueblo de Israel que se gestaba en los lomos de Yaacob. Y Yaacob estaba encargado de enseñar y entrenar a los demás.


Abraham fue dotado por el Dador con la fuerza cósmica supra-terrenal del Jesed (Bondad), y a Yitzjak lo impregnó con el poder extra-terrenal de la Guevurá (Rigor-Fuerza). Esta fuerza energética genera la Sabiduría y el Entendimiento de diferenciar el complejo y disímil lenguaje vetusto entre el bien y el mal. Yitzjak y Rivka tuvieron dos hijos: uno era representante de la rectitud y el bien, Yaacob; y el otro Esaú, representaba la maldad personificada.


La esterilidad era el común denominador de estos tiempos, donde nuestras matriarcas estuvieron atrapadas en la garras inclementes de la infertilidad que las cubría con un manto de deshonra; mujeres que serían protagonistas para siempre de los designios de Di-s. Pero Hashem usa la esterilidad para sacar lo mejor del ser humano, porque ella conlleva a la persona a tomar la acción más poderosa, capaz de conmover y mover los cimientos del cielo y de la tierra, la única acción que por insistencia se hace más efectiva, y por ende, la única fuerza que puede revertir la historia vivida y la que se está por vivir… esa fuerza es: ¡la Oración!


“La oración del tzadik (justo)es eficaz y tiene mucho poder.” Santiago 5:16 Asofer Hamaljutí (Código Real)


Israel fue modelado con la arcilla incorruptible de la oración, fue amasado con las aguas vivas donde se ahogan todas las penas y revive la vida…donde vienen a beber los sedientos que nunca jamás experimentaran la sed. ¡Toda Israel fue creada y levantada con las alas sempiternas de los milagros, que no cesan, ni descansan, ni se casan!...


Hoy, en pleno siglo XXI, estamos siendo testigos de esa misma lucha entre el bien y el mal. En tiempos inmemoriales nuestros patriarcas y profetas hablaron de este día, el cual esperaban con ansias ya que se trataba del cumplimiento de las Santas Escrituras. Tiempo donde se escuchan los cascos del galopar del caballo blanco que lleva en sus lomos uno de los más preciados y admirados personajes de los cielos, nuestro Santo Ribi, Su Majestad Yehoshúa Hamashiaj, con corona real para hacer justicia y traer el verdadero Orden, no el “orden general” que pregonan con insolencia e irreverencia los hombres. Orden cuyas piezas componen el mapa vivencial que es completado con la grandeza del Eterno, mediante el Ejecutor que viene a sentarse en el trono para gobernar y levantar a la pisoteada y mancillada tierra prometida de Hashem…


El Gitano


Tu cantar gitano escucho a lo lejos, es una invitación irresistible que no cesa de alterar mi corazón, mi sangre sube y baja como el penitente de rodillas que clama por un pequeño soplo de tu anhelante Presencia.


Padre mío, Padre amado, ¿Qué hago Contigo? Sí, te veo en todas partes, pero mi alma y mi cuerpo desean tocarte.


¡Oh amado de mi alma! Desfallezco cuando no estoy en tus brazos, soy como el gorrión abandonado en un nido de espinas que atraviesan mi alma hasta alcanzar mi corazón.


¡Oh amado mío, Padre misericordioso! A lo lejos escucho el diapasón de las cuerdas eternales de Tu guitarra gitana, su rasgar parece gritar a viva voz: ¡Hijo mío, hija mía, aquí estoy Yo! (Y.V.I)


Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.




 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.





Parashá Vayerá #4 11/7/2020

1: Bereshit 18:1-14

2: Bereshit 18:15-33

3: Bereshit 19:1-20

4: Bereshit 19:21-21:4

5: Bereshit 21:5-21

6: Bereshit 21:22-34

7: Bereshit 22:1-24

Maftir: Bereshit 22:20-24

Haftará: II Melajim (Reyes) 4:1 - 4:23

CR: Meir (Marcos) 4:21-6:56

“Vayerá eláv Adonay…” “Y se presentó a él (a Abraham) Di-s…” Bereshit (Génesis) 18:1

El Eterno que es bueno, nos enseña a través de las Santas Escrituras que Él se revela a aquellos hombres que llevan a cabo obras altruistas que alcanzan a edificar a los muchos. Entonces Hashem se revelará a ellos con alguno de estos tres objetivos: 1. Ordenar algo. 2. Proteger a alguien. 3. Voluntad y cariño.

Definitivamente Hashem eligió el tercer objetivo, que es la “voluntad y el cariño”, para un hombre como Abraham Avinu, quien a sus 99 años de edad cumplió la difícil mitzva de hacerse el Brit Milá. Hashem se presentó al tercer día posterior a la circuncisión, siendo este el día más doloroso para un paciente circuncidado.

Este hombre de Dios tenía una de las virtudes más resaltantes que es la hospitalidad. En este día Abraham estaba desesperado en la puerta de su carpa y se decía: ¿Cómo es posible que pase un día sin favorecer a alguien? De acuerdo al Talmud, Abraham conversaba con Hashem y este le pidió que le aguardase hasta que condujera a su casa a los tres huéspedes que habían llegado. Esos huéspedes eran los tres ángeles Rafael, Mijael y Gabriel. Rafael venía a curar a Abraham; Mijael a dar la noticia del embarazo de Sará y también para salvar a Lot; y Gabriel para destruir a Sedóm. Estos tres ángeles quienes se presentaron disfrazados de simples viajeros son los tres jefes del ejercito de ángeles que acompañan a la Shejina.

Abraham le dijo a Di-s: “Por favor Di-s espérame hasta que atienda a los huéspedes.” Este gesto de Abraham está refrendado en el Talmud: “Es más grande la acción de recibir huéspedes que estar con la Presencia d Di-s.” (Talmud Shabat 127a). Parece una utopía lo que nos dice el Talmud, pero nada más lejos, ya que si nos sumergimos en la Palabra podemos descubrir un poderoso versículo que le da sentido lógico al alcance de nuestro entendimiento:

“De cierto os digo: en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos, aún a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” Asofer Hamaljutí (Código Real) Mattityahu (Mateo) 25:40

“…Amarás a tu prójimo como a tí mismo; Yo soy el Eterno.” Vayikrá (Levítico) 19:18

Por eso, Su bondad es para siempre cuando haces una acción a favor de uno de tus hermanos, ya que no sólo lo haces para el hombre, sino que lo haces directamente para Di-s, porque de Su ADN, de su esencia salió ese hermano que ayudaste hoy, ayudaste a Su hijo, ayudaste a Su otra parte y te ayudaste a tí mismo, porque tu existencia fue hecha de Su esencia…La maravilla de atender los negocios de Hashem es que Él se encarga de los tuyos y además cuida celosamente de tí y de toda tu casa (descendencia).

“Si alguien suplica para que Di-s se apiade de otra persona cuando ella misma necesita lo mismo, su necesidad es respondida en primer término.” (Baba Kamá 92a)

Esta parashá nos habla entre otros puntos de la destrucción de Sidóm. Hashem advierte a Abraham la eminente destrucción de esta ciudad tapiada por la maldad y el pecado institucionalizado por estos corruptos citadinos. Abraham comenzó a negociar con Hashem para que no destruya las cinco ciudades y le pregunta al Eterno: “¿No es posible encontrar cincuenta tzadikim (justos) entre las cinco ciudades? Hashem le contestó: - “Si encuentro cincuenta justos entre las cinco ciudades, todos los pueblos se salvarán gracias a ellos.” Abraham sigue negociando y le dice al Eterno: “Si encontrara cuarenta y cinco justos entre ellos, perdonarías a todas las ciudades por ellos? Hashem contestó: - “Si encontrara cuarenta y cinco justos entre ellos, perdonaría a todas las ciudades por ellos.” Insistió Abraham: “Quizás haya cuarenta tzadikim. En mérito a ellos por lo menos salva a cuatro ciudades. Hashem aceptó.” Abraham siguió implorando: “Si hubiera treinta justos, entonces tres de las ciudades serían salvadas.” “Por mérito de ellos, y si hubiera tan sólo veinte justos, por lo menos dos de las ciudades sobrevivirán.” Finalmente Abraham solicitó - “Si hubiera tan sólo diez justos, permite que una de las ciudades se salve en mérito de ellos.”

Abraham sabía que diez constituye el número mínimo para que en una congregación descienda la Shejina. Diez es el asiento dimensional que trasciende con la grandeza de Su presencia; diez es el infinito que caracteriza el Orden Divino del Eterno. Diez son las diez Mitzvot (mandamientos) entregados en el Monte Sinaí; diez es el miniam (diez varones judíos) necesario en todas las Snogas del mundo para poder sacar el Sefer Tora (el Rollo de la Torá); son las Sefirot que moran en nuestro cuerpo, diez emanaciones o puntos sensoriales donde desciende y se aloja la Shejiná del Eterno. “Y colocaré Mi morada en medio de vosotros.” Vayikra (Levítico) 26:11 Diez es el valor gemátrico de la primera letra del Tetragramatón יהוה (yud). Emulando esta parashá Vayerá la letra (י) yud, según el Zojar, se presentó y dijo: “¡Creador del mundo! Sería bueno crear el mundo a través de mí, porque Tu Nombre Sagrado comienza conmigo…”

Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.



 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.




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