top of page

Parashá Vayigash #11 (12/26/2020)

1: Bereshit 44:18-30

2: Bereshit 44:31-45:7

3: Bereshit 45:8-18

4: Bereshit 45:19-27

5: Bereshit 45:28-46:27

6: Bereshit 46:28-47:10

7: Bereshit 47:11-27

Maftir: Bereshit 47:25-27

Haftará: Yejezquel (Ezequiel) 37:15 - 37:28

CR: Meir (Marcos) 14:32-15:5


La parashá Vayigash (Y se acercó) nos deja ver la transformación de Yehudá, un hombre de carácter ambiguo e iracundo, quien junto a sus hermanos confabuló en la venta y posible asesinato de su propio hermano Yosef. En este pasuk vemos un hombre totalmente restaurado, con una elocuencia dirigida por el cielo para defender a su hermano menor Benjamín, y convencer al virrey de Egipto (su propio hermano Yosef, a quien no reconocía por las vestiduras egipcias que vestía). En esta ocasión Yehudá está dispuesto a dar su vida por su hermano menor Benjamín y pensó: - Quizás mi abnegación nos redimirá por haber engañado a mi padre cuando vendimos a Yosef.


Yehudá empleó tres poderosas estrategias:

1. Hablar por las buenas, y de esa manera ablandar el corazón del virrey y convencerlo para que soltara a su hermano Benjamín.

2. Otra estrategia que contempló Yehudá fue la opción de destruir todo Egipto como lo hicieron anteriormente él y sus hermanos en Shejem.

3. Y la estrategia más efectiva de todas; orar a Di-s para que todo terminara en buenos términos.


Yosef reconoce e identifica a sus hermanos, por eso le pide a los egipcios y a su guardia de honor que se retiren del recinto. El virrey Yosef comenzó a narrar su vida frente a sus hermanos, los mismos que veintidós años atrás quisieron matarlo. Recordemos que Yosef los reconoció a ellos, mas no ellos a él; el cambio de imagen y el vestuario egipcio de Yosef impidieron que sus hermanos lo identificaran. De esta manera la nobleza de Yosef evitaba y cuidaba que el honor de sus hermanos no fuera mancillado frente a su sequito.


A pesar de todo el sufrimiento de Yosef por culpa de sus propios hermanos, este no les guardaba rencor y en ningún momento pensó en vengarse de ellos. Debemos entender que Yosef era un profeta; y como tal, sabía que todo lo que aconteció veintidós años antes, era necesario que ocurriera, ya que fue esto lo que permitió que la nación de Egipto no sucumbiera frente a esta devastadora hambruna y pudiera abastecer a las naciones vecinas. Yosef se lo hace comprender a sus hermanos cuando les dijo: - No se aflijan ni les pese haberme vendido acá. Ustedes no hicieron nada, sino que Di-s hizo todo esto para el bien de todos. Este era un perfecto Plan Divino de los cielos.


El perdón moraba en el corazón de este gran hombre que jamás guardó resentimiento a sus hermanos. Yosef, como profeta, sabía que ellos iban a discutir por el camino en el viaje para buscar a su padre Yaacob, entonces la genuina reconciliación que habían logrado se trastornaría. Este versículo describe el cuidado de Yosef por sus hermanos.


“De esta suerte despachó a sus hermanos, y ellos se fueron y les dijo: No riñáis por el camino.” Bereshit (Génesis) 46:24


Uno de los grandes conflictos que tenían los hermanos de Yosef era cómo decirle a su padre que Yosef estaba vivo y que era virrey de la nación más importante y poderosa de ese tiempo. Temían que su corazón no resistiera la gran noticia y falleciera de emoción. Dicen nuestros sabios que cuando se acercaban a la tienda de Yaacob vieron a Seraj, hija de Asher quien salía a saludarlos. Esta joven era temerosa de Di-s y tocaba el arpa como un ángel. Le dijeron: Preséntate ante Yaacob con tu arpa y canta una melodía afirmando que Yosef está vivo aún. Y Seraj cantó: ¡Mi tío Yosef está vivo aún, es el gobernante de Egipto! Yaacob se deleitó con este cántico que le inspiró el mismo cielo a Seraj con letra y música que danzaba y jugueteaba con las cuerdas del arpa. Y la bendijo Yaacob: ¡Bendita seas Seraj! Le dijo: ¡Has revivido mi espíritu! ¡Que vivas para siempre! La bendición de Yaacob se cumplió; Seraj, aún viva en tiempos del Rey David, fue llevada en vida al Gan Edén. El Midrash recoge este evento: La recompensa de Seraj fue mida-kenegued-mida (medida por medida). Ella no sólo revivió con su cántico el espíritu de Yaacob, sino que provocó que la Ruaj Hakodesh regresará a él. Por ello a Seraj se le otorgó la vida eterna... De esta manera tan extraordinaria, cuando llegaron sus hijos ya el trabajo estaba hecho... ¡Renació este poderoso profeta! ¡Fue el despertar de Yaacob!


Otro episodio que marca esta exquisita parashá es que nos enseña un mundo dentro de otro mundo. Es el encuentro de Yaacob con su hijo Yosef, dos generaciones, dos universos que se conjugan en un abrazo que cuenta historias de arena e historias de cielos. Veintidós años de separación que parecen reescribir las veintidós letras del Alef-Bet con que está vestida nuestra Santa Tora. Es como el encuentro donde se besan el cielo y la tierra. Cuando Yosef llora en el hombro de su padre, se hace presente la tierra como la dama de arena; mientras esto acontecía Yaacob, envuelto en este abrazo recitaba el Shemá: ¡Shemá Israel, Adonay Elohenu, Adonay Ejad! (¡Escucha Israel, El Señor nuestro Di-s, uno solo es!), dándole mas importancia a Hashem que al reencuentro con su hijo. Entonces los cielos se conmovieron y se volvieron uno, como el novio que desciende para desposarse con la dama de la tierra... simplemente este entrelazamiento sellaba el maravilloso Plan Divino del Eterno, que se coronaba con este histórico encuentro.


Esta parashá devela un exquisito misterio, y es cómo el Eterno se involucra íntimamente en los asuntos de enlaces matrimoniales. Hashem no sólo sacó a la mujer de la costilla de cada hombre, sino que alojó en una de las concavidades del corazón de ambos, una chispa inextinguible del fuego divino que desciende del cielo, y al que llaman “la llama del amor inmortal”. Esto es lo que hace que dos seres mortales extraños, se reconozcan en medio de un mundo de paradojas írritas como escapadas de la caja de Pandora y fuera del control del raciocinio de los tiempos; más allá de las fronteras lúdicas de la razón... Las maravillas escondidas que acontecen en esta porción de la Torá, son tan solo un pequeño mover de Hashem, que provoca que la perfección venga para quedarse impregnada en la existencia humana de los enamorados. Ejemplo de ello, es la historia de Yaacob y Rajel quienes legaron su genética, su ADN en la vida de Yosef. Cuando escudriñamos un poco la vida de sus padres podemos entender el fruto en Yosef y la transformación interestelar de todos sus hijos; hoy las tribus de Israel. Vemos como el Eterno puede cambiar, de un día o de un segundo para otro, la circunstancia oscura en una llena de luz, alegría y paz. Un episodio que describe la grandeza que Hashem puso en Yaacob es cuando pelea toda la noche con el ángel, el enviado de Di-s y este le dice: “No será tu nombre llamado Yaacob, sino Israel; porque has luchado con el ángel de Di-s, y con hombres y has prevalecido.” Bereshit (Génesis) 32:29 Este hombre es el padre de Yosef que peleó con el cielo y la tierra y venció.


Finalmente sondearemos someramente quien fue la madre de Yosef. Rajel marcó un antes y un después en todo el pueblo Israel y el mundo, cuando hizo bondad y benevolencia con su hermana Lea, el día que se suponía sería el más feliz de su vida, mas fue todo lo contrario. Por otro lado, cuando el pueblo de Israel cometió pecado de idolatría, Rajel se plantó firme en la tierra y en el cielo, y defendió con todo su ser al pueblo Israel frente al trono de la Gracia de Hashem, para que perdonara a su gente y así prevaleció. Registran nuestros sabios este inusual y extraordinario acontecimiento: Cuando los Patriarcas y las Matriarcas fueron a mediar con Di-s, quien estaba enojado por la imagen idólatra que el Rey Menashé había colocado en el Beit Hamikdash, Di-s no se reconcilió. Entonces entró Rajel y dijo: “Amo del Universo! ¿Cuál misericordia es mayor, la tuya, o la del hombre de carne y hueso? Sin duda, Tu merced es mayor. Sin embargo, yo lleve una rival (Lea) a mi casa, aunque todo el trabajo que Yaacob hizo para mi padre, fue solamente por mí! Y cuando llegué a la Jupa (palio nupcial); mi hermana fue llevada en mi lugar! No sólo guarde silencio, sino que incluso entregue a ella mi santo y seña -las señales secretas que Yaacob y yo convinimos para reconocernos mutuamente- para que no pasara vergüenza. También Tú, aunque Tus hijos hayan introducido un rival en Tu casa, debes guardar silencio hacia ellos (o sea, no los castigues). Di-s le respondió: Has defendido bien a Mis hijos. Obtendrás recompensa por todos tus esfuerzos y por tu rectitud en haberle entregado tus señales a tu hermana.” Este es un ejemplo de vida que el pueblo escogido de Di-s, hasta hoy, lo aplica en su diario vivir.


Una de las banderas que empuña el pueblo Israel es que no se debe avergonzar a nadie, ya que esto es muy mal visto por el cielo. Evitar avergonzar al prójimo frente a los demás es uno de los actos más elevados que hacen que el cielo sentencie recompensa para tí y tu descendencia...




Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.




 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.





Parashá Vayeshev #9 (12/12/2020)

1: Bereshit 37:1-11

2: Bereshit 37:12-22

3: Bereshit 37:23-36

4: Bereshit 38:1-30

5: Bereshit 39:1-6

6: Bereshit 39:7-23

7: Bereshit 40:1-23

Maftir: Bamidbar 7:18-29 (Jánuca día 2)

Haftará: Zechariah 2:14-4:7

CR: Meir (Marcos) 13:1-14:31


Esta parashá nos habla de uno de los personajes más enigmáticos y disímiles de la Torá, uno de los hombres que nos trae a memoria, connotativamente, el recuerdo de la primera venida del más grande de los hombres de Di-s: Nuestro Santo Ribi, su Majestad Yehoshúa Hamashiaj quien vino a este planeta como siervo sufriente, como Mashiaj ben Yosef...pero este tema no lo tocaremos aquí, sino que nos enfocaremos específicamente en esta Parashá Vayeshev (Y habitó).


Yosef nació cuando Yaacob tenía noventa y dos años. Para ese entonces era costumbre que el padre anciano tomará como su “asistente” a su hijo menor; de allí se desprende lo que llamaban tradicionalmente “el hijo de la vejez o de la ancianidad”. De todos los hijos de Yaacob, Yosef era el más inteligente, receptivo y apasionado con todas las enseñanzas de su padre Yaacob.


Tal vez te has preguntado por qué a Yaacob y a su hijo Yosef le sobrevinieron tantas calamidades que nos hacen dudar de la Avodah Hashem (servicio al Eterno), cuestionar la situación y preguntarnos: ¿Por qué le suceden tantas cosas malas a la gente buena, en este caso a unos tzadikim (justos)?


Nuestros sabios comentan que Yaacob buscaba vivir en paz y con tranquilidad en esta vida, como también anhelaba una nueva vida en el Olam Haba (el mundo por venir) garantizado por Hashem a todos aquellos que le sirven. Ahora bien, ¿por qué los escogidos del Eterno no pueden vivir totalmente en paz? Es muy simple; porque este mundo no es el lugar indicado para alcanzar la plenitud de paz o tranquilidad. Este mundo está atiborrado de circunstancias negativas, situaciones, destinos ancestrales, maldiciones, y lo que es peor aún, contaminada con los tres pecados que Hashem más abomina, y que acarrean juicios a las naciones que están inmersas en este inframundo de pecados: la idolatría, las relaciones sexuales prohibidas, y el asesinato. Esas son las tres razones que han generado en la Torá la intervención de la justicia del Eterno. A los justos de todas las generaciones les ha tocado asumir el rol de ir en frente de las circunstancias operantes en lugares circundantes y naciones, ya que hay muchos cosas por hacer a nivel espiritual y físico y son muy pocas las personas que asumen este trabajo para el Eterno y la humanidad. Los justos están conscientes de esta situación en que vive todo el planeta, y están dispuestos a sacrificar un poco de su efímera paz en este plano vivencial. De esta manera logran elevarse tanto ellos como todos sus descendientes, inclusive hasta sus ancestros que ya no están, también recibirán méritos que le son contados como si estuvieran en vida en este plano terrenal, por causa de esta extraordinaria Avodah Hashem.


Otro punto álgido que nos toca esta parashá son los sueños de Yosef, los cuales según nuestros sabios, son interpretados como vehículo de profecía. Definitivamente el Eterno uso a Yosef como canal para transmitir los acontecimientos futuros; todos estos sueños fueron cumplidos tal como fue diseñado por Hashem. Mas para sus hermanos era todo lo contrario, decían que eran fantasías nocturnas que urdía mientras estaba despierto; esto acrecentó el odio que sentían por Yosef, ya que él era el hijo favorito de Yaacob. Además este acusaba a sus hermanos cuando ellos estaban haciendo cosas indebidas, y esto hacia que el odio de sus hermanos hacia él volviera aún más tensa la relación de familia. Obviamente que siendo Yosef un joven tan inteligente y sensible al mundo espiritual, él sabia que al contarle a sus hermanos sus sueños estos se enfurecerían aún más.


El primer sueño revela que todos sus hermanos se someterían a él como el líder de la familia y de pueblos y naciones. El segundo sueño insinúa que no solamente sus hermanos sino su padre y su madre se prosternarían ante él como el líder poderoso. Pero aquí acotamos un detalle de este sueño; la madre de Yosef, Raquel, había muerto y pareciera que esta profecía estaba equivocada, muy lejos de la verdad es esta duda. En el sueño Yosef vio al sol como su padre y a la luna como su madre Raquel, pero lo que desconocía el mismo Yosef cuando vio la luna es que no se refería a Raquel porque esta ya había fallecido; mas el sueño hacía alusión a Bilhá quien había criado a Yosef después de la muerte de Raquel, es decir, era su madrastra.


Todo el plan que habían urdido sus hermanos para eliminar a Yosef provocó una intervención de emergencia por parte de Hashem. Según nuestros sabios, Hashem envió tres ángeles para auxiliar a Yosef. Uno de ellos tenía la misión de salvarlo de la muerte a manos de sus hermanos. Otro ángel fue enviado al foso lleno de serpientes venenosas y escorpiones donde fue arrojado el joven Yosef. Un tercer ángel tenía la misión de acompañarlo e indicarle el camino a Egipto.


El ángel Gabriel se le apareció a Yosef, con aspecto de hombre y le preguntó: - ¿A quién buscas? - Busco a mis hermanos contestó Yosef. - Se fueron de viaje, replicó el ángel y le dijo; los escuché decir: “Vayamos a Dotán”. Según nuestros sabios, este lugar Dotán encierra un enigmático misterio, ya que sus tres letras hebreas דתנ (Dotán) cada una de ellas se asemejan a un instrumento de trabajo de las artes y oficios. La letra Dalet, se asemeja a una escuadra; la Tav a un compas; y la Nun a una regla. El primer instrumento, la escuadra, simboliza la Justicia; el segundo instrumento, el compas, simboliza la Equidad y el tercero, la regla, simboliza la Rectitud. La enseñanza implícita del ángel Gabriel en estas tres letras era recordarle a Yosef que debía ser un hombre trabajador, equitativo y derecho. Finalmente esta palabra Dotán proviene del término Dat que significa ley. Es decir, el mensaje encriptado es que estos son fundamentos jurídicos para conducirse en la vida.


Esta Parashá va cargada de complejos y ambivalentes episodios; conflictos que tocan varias facetas o circunstancias presentes aquí tales como: la traición, el abandono, la mentira, la envidia, los celos, el intento de asesinato, tráfico humano, rompimiento con el núcleo familiar, deshonra de los padres y rechazo entre otros. Todas estas calamidades abrazaron por años al tzadik Yosef, quien tuvo que cargar con el peso del desprecio de su familia, de extraños, y como si fuera poco, acusado falsamente por la esposa de Potifar que se había obsesionado con él. Por causa de esta injusticia Yosef vivó varios años como reo en una celda en Egipto. Lo más impresionante de este pasuk es cómo el Eterno, con una pequeña intervención en la vida de Yosef y gracias a Su omnipotente poder, cambió la historia. Sus “de repente” hicieron que este hombre de Di-s transformara su vida en un instante y pasó de ser un reo, a ser la segunda persona más importante de esa nación; después de Faraón venía él. Gracias a que Hashem le dio el don de interpretación de sueños, Yosef pudo discernir el sueño que Faraón soñaba repetidamente y nadie lo podía interpretar.


Recuerda esto, Hashem siempre va a ser más GRANDE que el problema, no dudes en ningún momento... ¡Hashem te sacará más tarde que temprano, más temprano que tarde! Sólo Él sabe cuándo y cómo hacerlo; no es porque te quiere castigar, sino que Él, como el dueño del tiempo, hará el cambio positivo en tu vida, entonces todo sucederá en el tiempo que Él escoja para tí... ¿Sabes cuándo será? Muy simple, escogerá el que más te conviene y cuando esté seguro que el éxito no envanecerá tu mente y tu corazón, entonces el ÉXITO llegará. Porque como está escrito:


Y vendrán sobre tí y te alcanzarán todas estas bendiciones cuando obedecieres la voz del Eterno, tu Di-s” Devarim (Deuteronomio) 28:2



Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.




 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.





Parashá Vayislaj 12/05/2020

1: Bereshit 32:4-13

2: Bereshit 32:14-30

3: Bereshit 32:31-33:5

4: Bereshit 33:6-20

5: Bereshit 34:1-35:11

6: Bereshit 35:12-36:19

7: Bereshit 36:20-43

Maftir: Bereshit 36:40-43

Haftará: Obadiah 1:1 - 1:21

CR: Meir (Marcos) 12:1-44


Si tuviéramos que ponerle un nombre a esta parashá sería reconciliación, respaldada y conciliada por el cielo. En esta Parashá Vayislaj (Y envió) se habla del retorno de Yaacob a Eretz Israel y el encuentro con su hermano Esáv, que lo odiaba y le guardaba rencor por la “bendición” que supuestamente le robó Yaacob. Esáv no reconocía que se trataba de una justa negociación que convino con Yaacob para ese entonces. Treinta y cinco años transcurrieron para este inminente encuentro, y para ese entonces Yaacob tenía 105 años de edad.


Una de las grandes enseñanzas detrás de esta parashá es que nos advierte como conducirnos cuando nos enfrentamos en la vida a un goy (gentil) o a un rashá (malvado) iracundo y agresivo como lo era Esáv. Vemos como los ángeles obedecían a las ordenes de Yaacob.


“Y envió Yaacob mensajeros delante de él a Esáv, su hermano, a la tierra de Seir, al campo de Edom.” Bereshit (Génesis) 32:3


Como dato curioso este pasuk nos enseña que los tzadikim (los justos) son más importantes que los ángeles, aunque ellos fueron creados con un determinado grado de santidad, ésta siempre será parte de su esencia. En cambio los seres humanos nacemos con el estigma del pecado en la sangre; constantemente y con gran esfuerzo alcanzamos un alto nivel de santidad. Lo interesante de este esfuerzo es que el hombre sigue creciendo progresivamente y su crecimiento alcanza valores que soslayan la realidad, más allá del entendimiento humano e inclusive el de los mismos ángeles. Ellos nos admiran porque no entienden cómo con las limitaciones que tenemos para accesar a los mega mundos invisibles, aún podemos ascender con nuestras oraciones y lograr una intimidad con el Eterno, tan efectiva y poderosa que las leyes que rigen toda la creación están atentas y dispuestas a obedecer al sonido de nuestra voz... ¡tu voz!


“Porque la creación anhela fervientemente la manifestación de los hijos de Di-s.” Romanos 8:9 Asofer Hamaljutí (Código Real)


Yaacob, como tzadik, estaba cubierto por el manto invencible de las 613 Mitzvot de la Torá forjada en los talleres del cielo a fuego santo por el dedo de Di-s. La Torá en esta parashá nos muestra en el versículo 32:4 el lugar donde Hashem escondió el gran poder de Su Palabra para proteger a Yaacob de este peligroso encuentro con su hermano Esáv. Veamos y saboreemos el banquete involuto que reposa en los rollos de la Torá y cómo el Eterno, que es bueno, siempre ha estado con nosotros para defendernos de nuestros enemigos y por consiguiente de nosotros mismos...


“Ladoní leesav ko amar abdejá Yaaqób im-labán gárti vaejhar ad ata.” “A mi señor, a Esáv, así dijo tu siervo Yaacob con Laban he convivido y me retrasé hasta ahora.” Bereshit (Génesis) 32:4


Este fue el mensaje que envió Yaacob a su hermano Esáv con los malajim (ángeles). El zumo de este versículo se cierne en la palabra Gárti גרתי, cuyo valor gemátrico extendido es 613 que son las Mitzvot ocultas en esta palabra Gárti, que significa “he convivido”. Cuando llevas la Torá en tu mente, en tu corazón, en tu alma y hasta en la medula de tus huesos, ésta emergerá en las circunstancias desfavorables y te arropará, te cubrirá y protegerá del enemigo que se levanta contra tí. Se intimidará porque sabe, sin saberlo, que el Eterno está contigo porque en la palabra misma está imbuido el poder indestructible del Eterno, que no conoce de dobleces porque Él es el Omnipotente. Por tanto, tu no pelearas con fuerza de hombre, sino con el Poder de Di-s.


Hashem direccionó a Yaacob con tres acciones o medidas protectoras:


1. Tefilá (Oración): Líbrame a mí y a mis descendientes de las manos de Esáv y mis opresores. Implorar a Hashem por la paz y la seguridad en nuestro entorno no judío.

2. Ofrecer presentes generosos a los gentiles (no judíos). Yaacob para apaciguar a Esáv le llevó oro, plata y joyas y una decima parte de sus animales.

3. Estar preparado para la guerra si fuese necesario. Yaacob dividió a su familia en dos grupos; y dijo: Si Esáv elimina a un grupo, el otro podrá escapar. Esto lo aprendió el pueblo de Israel con esta estrategia de Yaacob. El pueblo ha aplicado esto con todos sus enemigos; cuando Israel ataca lo hace sólo por tres lados: ejemplo, norte, sur, este y deja libre el oeste para que los que quieren huir puedan hacerlo sin peligro alguno.


Otro evento extraordinario que toca esta expectante parashá, es la lucha que libra Yaacob con el ángel protector de Edom, ángel guardián de Esáv. Según nuestros sabios esta lucha representa el enfrentamiento entre el bien y el mal.


Yaacob pensaba que el personaje que había conocido en el rio Iabok era un mago, sin saber que era un ángel enviado por Hashem. El ángel trató de probar su supremacía y poder clavando su dedo en la tierra y un volcán en llamas hizo erupción. Pero Yaacob no tenía miedo y le dijo:

- ¿Piensas que esto me atemoriza? Yo soy fuego, la casa de Yaacob se llama fuego. Mi descendencia y yo somos el lugar de descanso de la Shejina que es fuego, pues nos ocupamos de las feroces leyes de la Torá. A partir de este momento se inició la lucha entre el ángel y Yaacob, pelearon toda la noche como presagio de las futuras luchas contra las naciones que intentan seducir al pueblo de Israel para que abandone la Torá y se unan a ellos mediante promesas de grandeza y honor.


Cuando estaba rayando el alba, el ángel le pedía a Yaacob que lo soltara porque tenía que regresar al supra mundo para alabar y cantar shirá (poesía-cántico) al Eterno antes que salga el sol. Viendo el ángel que Yaacob no estaba dispuesto a soltarlo procedió a dislocar, con un fuerte y certero golpe, el tendón de la cadera conocido como el nervio ciático (guid hanashé - nervus ischiadicus). El pueblo Israel, por causa de este evento, prohibió comer el tendón del muslo animal; esto está prohibido por decreto de nuestros sabios. Para este pueblo escogido de Hashem, el muslo representa al defensor de la Torá, ya que el muslo soporta todo el peso del cuerpo. Así es la Torá, soporta el mayor peso de la humanidad, es la piedra angular que sostiene toda la pesada estructura de la vida...


Aún herido por el ángel Yaacob siguió insistiendo: “... No te dejaré ir hasta que me hayas bendecido. Y él le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Yaacob. Le dijo pues: No será llamado tu nombre Yaacob, sino Israel; porque has luchado con Di-s, y con los hombres, y has prevalecido.” Bereshit (Génesis) 33:27-29


En honor a este incansable y valiente tzadik, los anfitriones celestiales lo escucharon y exclamaron que le fuera permitido al ángel cantar shirá desde la tierra, mientras su voz y él ascendían a los cielos. Tiempo después Hashem se le apareció nuevamente a Yaacob para decretar formalmente el nuevo nombre: Israel, como se lo había anunciado el ángel de Edom.


“Y Di-s apareció otra vez a Yaacob después que volvió de Paddán Aram y le bendijo. Y le dijo Di-s tu nombre es Yaacob, pero ya no será llamado tu nombre Yaacob, sino que Israel será tu nombre. Y llamó su nombre Israel” Bereshit (Génesis)35:9-10


Este nombre Israel significa “él gobernará como Di-s”, es una síntesis o un compendio que engloba completamente a este pueblo, cuyo nombre es un acróstico de los tres patriarcas y las cuatro matriarcas. Las letras que construyen la palabra Yisraél en hebreo ישראל, son las iniciales de los nombres de los tres patriarcas y de sus esposas: יצחק Yitzjak; יצקב Yaacob; שרה Sará; רבקה Rivka; רחל Rajel; אנוהם Abraham; לאה Lea.


Finalmente nuestros exegetas describieron las características de nuestros tres patriarcas: Abraham fue el pilar de la bondad; Yitzjak fue el pilar de la justicia; Yaacob el pilar de la Torá, que representa a los estudiantes de Torá de todas las generaciones. Dice el Midrash que la Torá es decisiva para la supervivencia del pueblo Israel. Hoy por hoy la Torá es el mástil en medio del alta mar que dirige los rumbos de toda la humanidad, porta con ellos sus propios vientos que reposan en el reservorio de las bóvedas celestiales del aliento de Aquel que un día sopló para crear la vida...


Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.




 
Yehoshúa Villarreal I.

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.




  • icono_wa
  • email

Contáctenos

WhatsApp +(1) 718 888 1828

Ten presente que tu solicitud, reclamo, sugerencia o felicitación serán estudiadas en un término no mayor a 24 horas y recibirás una respuesta a ellas.

Términos y Condiciones Política de Privacidad CAE

Todos los derechos reservados 2020 © Rab Dan ben Avraham

LOGO-CEH_finalPNG2.png

Nuestras Redes Sociales

  • Facebook
  • YouTube
  • Instagram
  • Twitter - Círculo Negro
  • LinkedIn - Círculo Negro
  • cae_boton_01
bottom of page